Recopilación de mis peores microrrelatos.

Los mejores jamás los escribiré.





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lunes, 28 de marzo de 2011

El odio.

Mi ascenso de soldado raso a coronel estaba en manos del éxito de mi próxima misión. Siete años a una velocidad dieciseis veces la de la luz, tres galaxias y veinticico sistemas solares. Cuando llegué tuve que establecer una relación de amistad con alguno de ellos y estudiar sus sentimientos. Estudios recientes indicaban que eran muy parecidos a los nuestros, salvo que ellos eran capaz de sentir uno más, lo que  conocían como "odio". Ahora, desde esta celda de tortura intentan que les enseñe como poder llegar a nuestro hogar. Se preparan para destruirnos.

jueves, 24 de marzo de 2011

Poco tiempo

Ella sabrá lo que hace si quiere dejar los estudios. Ya es mayorcita y yo estoy cansado de recordarle que quedan pocos días para que finalice el plazo de inscripción.

Hoy, cuando le he dado los papeles de la matrícula, con los ojos vidriosos me ha dicho que esta vez no le dará tiempo a terminar su doceava licenciatura.

Un minuto después me he dado cuenta de que algo no iba bien.

sábado, 19 de marzo de 2011

El verano cantando

Se pasó todo el verano cantando, con otros insectos amigos, saltaba de una planta a otra y viajaba por los campos siempre en compañía de su amor, la princesa de las abejas.

El verano tocaba a su fin y las hormigas se burlaban de él, pero el saltamontes ahora sabía que había merecido la pena, además, tenía pensado un plan para robarle a las hormigas gran parte de su cosecha veraniega.

martes, 15 de marzo de 2011

Crisis

Mi jefe dice que hay que aguantar como sea unos meses, que no hay trabajo.

Mis vecinos dicen que este año no pueden irse a Punta Cana de vacaciones.

Unos conocidos no pueden casarse este año, porque no pueden hacerse cargo de todos los gastos de la boda.

Desde hace años, en mi calle duerme cada noche una pareja de novios, ella estuvo encinta y dió al bebé en adopción, el no consigue salir de su infierno...dicen que están pasando un bache, una mala época.

jueves, 10 de marzo de 2011

Trocitos de algo bueno.

Decidí no usar el ascensor y subir por las escaleras hasta el segundo piso del edificio amarillento. No era precisamente por la práctica, que tenía abandonada, de la gimnasia, si no para dar tiempo a mis zapatillas a escurrir el agua de los charcos de sus suelas. Aquel era un día normal: rutina, rutina y más rutina. Y, mientras elegía la llave adecuada y la introducía en la cerradura de la puerta, un olor fabricó un rugido leve en mi estómago. Al abrir la puerta allí estaba ella, con una sonrisa enorme y una bandeja caliente de madalenas recien hechas

martes, 8 de marzo de 2011

El beso secreto.

Nos revolvía el pelo con cara de contento y con una sonrisa pícara que nos hacía dudar de la veracidad de su relato cuando nos contaba que su amor por Isabel fue un amor secreto, imposible y peligroso. Muchos años atrás, desesperado, ya no sabía como obtener tan siquiera un beso suyo, aunque sólo fuera uno y a escondidas, prometió a la reina descubrir un nuevo mundo para que ampliara su imperio y tanto oro y esclavos como deseara, todo por el beso furtivo de una reina casada a un loco marinero genovés que ninguna pluma pudo describir jamás.

Verano de dos mil nueve

En ese tiempo no ha habido nadie más cerca de la luna llena que yo en toda la provincia de Almería.
En ese tiempo creí estar en Ibiza, sin encontrar el mar.
En ese tiempo te he visto crecer.
En ese tiempo un famoso grupo de Rock tocó para nosotros.
En ese tiempo he nadado en playas vírgenes.
En ese tiempo me he emborrachado una y otra vez
En ese tiempo he estado con mis mejores amigos.
En ese tiempo he visto amanecer varios días seguidos.
En ese tiempo he subido al barco de chanquete.
En ese tiempo me he asomado al balcón de Europa.
En ese tiempo me has besado a veinte metros bajo tierra.
Ese es el tiempo real.

El trono

Desde que su televisor se estropeó, su mente imaginaba lo que probablemente estaba ocurriendo en su ciudad, en su pais y en lugares lejanos del mundo. Imaginaba bombardeos, asesinatos, una mujer maltratada, o quizá dos, el atraco de un estaco a manos de un toxicómano desquiciado, el incendio descomunal intencionado de los bosques al otro lado de la sierra y enfermedades nuevas que se propagan por todo el mundo.

Todo lo que imaginaba era todo lo que ya había visto alguna vez en su vieja pantalla, por eso, discutió con sus hijas cuando para el día de su cumpleaños le regalaron un nuevo televisor y les costaba entender que para ellas se volvió muy desagradecido con la edad.

Aún asi se quedó el televisor, aunque nunca lo conectó a la red eléctrica.

Con la llegada del buen tiempo, preparó tortillas, pan tostado y una ensalada de tomates, lechuga y aceitunas para invitar a dos de sus vecinos a comer. Ellos le ayudaron a subir el sofá al tejado.

Ya no volvió a imaginar malas noticias, ahora veia en directo cada tarde mientras tomaba café amargo de olla como crecia la ciudad, las formas que tomaban las nubes y las bandadas de pájaros que migraban hacia el norte, hacia donde habían nacido.

Mi otro yo.

Mi otro yo y yo nos parecemos demasiado, tanto que a veces me hago pasar por él y ocurre que me confundo de personalidad y actúo como yo mismo actuaría sin tener en cuenta que mi otro yo haría lo mismo que yo y que no lo haría mejor, tampoco peor...y ni siquiera sería distinto.